La dimensión espiritual se refiere a aquellos aspectos de la vida humana relacionados con experiencias que trascienden los fenómenos sensoriales. Este aspecto espiritual de la vida puede considerarse como elemento que aglutina los aspectos físico, psicológico y social de la persona; relaciona al individuo con el mundo, le da un significado y sentido a la existencia y establece un puente común entre las personas. Un sabio proverbio chino dice que “nada sienta mejor al cuerpo que el crecimiento del espíritu”.
El camino de la espiritualidad es un descubrimiento del propio yo. Un deseo de
encontrarle sentido a la vida y vivirla en profundidad. Aunque la espiritualidad se
relaciona frecuentemente con la religión, puede darse perfectamente en el descreído y no darse en el creyente. La espiritualidad no es exclusiva de nadie y no puede ser parcelada. En su sentido verdadero, se halla al margen de las ideologías, sean éstas religiosas o materialistas. Se mueve en la dimensión de las vivencias y no de las creencias ideológicas
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